Parece que el esfuerzo cristiano para llegar a todos los hombres ha chocado con una sociedad en la que el “hecho cristiano” pasa a ocupar un lugar marginal. En respuesta a esta realidad el Papa Benedicto hace referencia a la Iglesia como una “minoría creativa”. Recordando el texto de Jesús que dice: “Venid a Mí pequeño rebaño”.
Un gran historiador, Arnold J. Toynbee, dice que las situaciones históricas de grandes cambios hay quienes se abrazan a un pasado decadente y otros se lanzan hacia el futuro, no recordando el pasado. En este momento la “minoría creativa” ha de ser capaz de realizar la transición entre lo que es antiguo y lo que es nuevo, Recordemos a la Iglesia del Siglo de Oro. Santa Teresa delante de una Europa dividida fue fundadora de “minorías creativas”, como son las Carmelitas Descalzas. Ya que una minoría conformista no puede ser minoría creativa. En aquella situación de minoría del hecho cristiano no podía conformarse en las cosas exteriores o rituales, sino que había de asumir el reto de ser creativa en la sociedad desde una nueva relación personal con Jesucristo.
El Señor habla del grano de mostaza, de la levadura, de la sal, de la pequeña luz. Se trata siempre de la potencia de lo que es pequeño, frágil, de la fuerza del grano de trigo para dar fruto Si formamos parte de la “minoría creativa”, como puede ser la parroquial podemos encontrar en Dios la gracia y el consuelo de tomar la decisión más acertada, soportar adversidades, perdonar enemigos, iluminar la sociedad con signos de esperanza. Los cristianos estamos siempre en camino y seremos una minoría, que debe ser “minoría creativa” de futuro con la fuerza del Espíritu de Jesús.