Alcanzamos el colmo de la felicidad cuando nos olvidamos de nosotros mismos. La alegría es estática. Lo cual, al pie de la letra, significa quedarse fuera de uno mismo. Si te estuvieras constantemente preocupado por comprender si erez feliz o no, no serías capaz de serlo. Olvida tu felicidad, cuida de la del resto de personas y serás más feliz de lo que puedas imaginar.